
La fortuna hizo que esta autora, cuando, gracias al apoyo de su padre, se trasladó a vivir a Milán, con 27 años, su destreza llegara a oídos del Duque de Alba quien se interesó por su obra hasta el punto de recomendar su arte a Felipe II. Y, poco más tarde también puso su atención en ella Isabel de Valois, la mujer que se iba a convertir en la tercera esposa del rey de España, que la invitó a ser su dama de compañía y pintora de la corte.
Retrato de Felipe II
El juego del ajedrez

La escena presenta a las tres hermanas Anguissola jugando al ajedrez mientras son observadas atentamente por su criada.
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